Es dueño de una imaginación cuyos límites no hay manera de intuir a día de hoy y luego está su sensibilidad personalísima, porque también la personalidad se mide en grados, y una muestra de todo esto es el milagro de recital del otro día en Clamores. Se juntaron el impresionante registro expresivo de Luis Guerra al piano y la seducción de un guitarrista que ha decidido enchufarle cada vez mayores dosis de jazz a su apuesta musical, Ver noticia